Casi seis días sin escribir. Esto de ser marxista de tanto en tanto pasa la cuenta. Los personajes se fueron a paro.
Mariana aun reclama su viaje. Ordoñez sigue disconforme con su imagen. Martin dice que lo tengo en ascuas con su situación amorosa y que no entiende porqué sigo insistiendo en alargar la historia, que estoy cayendo en el mismo jueguito de las series de tv cuando les va bien (salvo que a esto, todavía no le va)
Todos, incluido Santini que jamás se había aparecido por una reunión de pauta, se oponen a que vuelva a dar mi opinión personal, como todos los años, a cerca de las fiestas copiadas, que está vez vendría siendo a través de la novela.
El único que llegó radiante fue Sagredo que dice que jamás imaginó que iba a tener tanto protagonismo en la historia.
Mariana vino con una amiga, que insistió largo rato para ser incluida. Cuarentona pero bastante bien conservada. Vamos a ver que resulta. Martin se dio el lujo de mirarla detenidamente mientras insistía.
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