sábado, 26 de septiembre de 2015

Alla abajo (Capítulo 4)

El martes por fin volvimos a juntarnos, el martes por fin volvió a pasar.

Y no sólo volvió a pasar, Mariana se quedó en mi casa esa noche. Es un verdadero lujo eso de que lo último y lo primero del día sea un orgasmo.

Desde el comentario de Lestat, que he puesto más ojo y si, es verdad que en proporción, la chica se ríe por lo menos un cuarenta o cincuenta por ciento más con Santini,  que con cualquier otro funcionario incluyéndome. Y como dice Lestat,  "Un hombre que  hace reír a una mujer, ya tiene buena parte del camino recorrido".

Esa noche le pregunté si le pasaba algo con Santini, pero la vuelta que se dio fue tan larga, que daba para mandarla a inscribir al libro de  Guiñez. 

Guiñez es otro tipo de la oficina, al que le fascinan ese tipo de datos inútiles. Trabaja como contador externo en Romano desde que la empresa partió, hoy está a punto de jubilar. Cuando va los los treinta de cada mes, siempre se queda a almorzar con nosotros y como a veces  no hay mucho tema al almuerzo, regala a granel ese tipo de datos en extremo interesantes, pero que no aportan absolutamente nada a la vida. Cómo de que forma se podría calcular la cantidad de granitos de arena de una playa o cuantos años  demora el vidrio de una ventana en deformarse. Una vez calculó que cantidad de excrementos debían pasar semanalmente por el alcantarillado que esta justo bajo la galería donde queda Romano.  Es de la gente que vibra con el pastel de choclo, el curanto o la zopaipilla más grande del mundo. A mi me gusta rebatirle que siendo platos tan locales,  no debe haber mucha competencia a nivel mundial, por lo que tampoco es tanto el mérito.

El miércoles quise volver a preguntar y para ver si accedía de mejor manera, utilice su propio método de comunicación. Sobre blanco, papel engomado, llamada a logística.

A mi me interesa saberlo por varios motivos. Primero por que el tema de los privilegios siempre fue concebido sin que ninguno de los dos tuviese alguna otra pretensión, y a pesar de que, a estas alturas de la vida, a mi me tenía sin cuidado si alguien quería que yo fuese su amante, aquí la cosa era distinta por que el  tipo trabajaba al lado mío y le tenía simpatía. Me interesaba también por que entonces si la cosa iba en serio, yo de verdad tenía dejarle el camino libre y por último, por que a Mariana antes que nada le tengo cariño y me interesaba a quien tuviera al lado.

Uno tiene claro que los hombre somos distintos a las mujeres y que nos comunicamos de manera distinta y por lo mismo yo trato de buscarle el lado para conectar con ella, pero no me resulta. Obtuve una respuesta totalmente distinta a la que podría esperarse y lo único que conseguí con mi sobre fueron dos miradas de un segundo y medio cada una separadas una de otra por tres horas. Ahí, si el mensaje fue explícito y cien por ciento claro. "Furia". 

Francamente yo no se si la Mariana es de verdad una persona demasiado compleja o yo no la se interpretar como el resto de la gente.

Hay un lugar donde tomo desayuno al bajarme del tren camino al trabajo. Es de esos lugares en los que te preguntan tu nombre y después te llaman por el nombre para entregartelo. Cuándo uno vive solo, eso, aun que sea pagando, se agradece.  Yo siempre he tenido la tentación de dar un nombre como "Yosiney" para ver que cara pone el resto de la gente cuando me entreguen mi desayuno, pero ya llevo cerca de año y medio pasando de lunes a jueves y saben perfecto como me llamo.

-Buenos días don Martin, ¿su desayuno? Yo solo asiento con la cabeza -jamón-queso, cortado, su jugo de naranjas, ¿desea algo dulce para acompañar?  Eso es lo único que varía a veces, entre croisant chocolate o canastilla de frambuesa. 

La chica que atiende se llama Carol y hace el turno de siete a tres y media de la tarde. Coqueteo con ella desde que llegó harán unos seis meses. Cada vez que termino de pagar la miro a los ojos y digo -gracias Carol, que tenga buen día. Ella a veces rosa su mano con la mía a propósito cuando me entrega la boleta con mi nombre.

Hay algo que no me gusta de Santini para Mariana. Tal vez el exceso de cancha, no se, se me ocurre que debe ser igual con todas. ¡Por dios!, ¡estoy hablando como mujer!, bueno lo asumo, tengo celos.

Si alguno de los cuatro de ese día, salió beneficiado con el pacto de silencio, ese fue Sagredo. El tipo anda mucho más suelto de cuerpo y se le nota más alegre. Tanto así, que se autodesignó "equipo" de bienestar y ahora semanalmente propone actividades de esas que están de moda hoy en día, como pausas saludables y espacios protegidos. D'Aguirre, igual de sorprendido que nosotros, concede la mayoría de los permisos, yo creo que lo toma como un mal menor, para que después no digamos que es autoritario y que dice que no a todo.

La promoción del desayuno también incluye el diario. Yo jamás antes tuve costumbre de leer periódicos todos los días. Y eso se reafirmó ahora que supe  que, acá son prácticamente todos, o al menos los más leídos, de los mismos dueños, por lo que la objetividad se hace muy escasa. Para ser honesto nunca fui buen lector de periódico tampoco, y esta opinión me queda perfecto como justificación.

El diario trae consigo, un beneficio adjunto. El que se consigue de que los demás lo vean a uno con el diario bajo el brazo o sobre el escritorio, lo que  de inmediato proporciona más credibilidad a la hora de hablar de temas contingentes. Es como ser socio del "Club de lectores" de un diario. Yo no creo que todos los socios del club, sean acerrimos seguidores del suplemento al que suscriben,  debe haber también un porcentaje importante que obedece a descuentos e imagen.

Hoy Mariana salió a almorzar sola con el argentino. Tal vez yo de verdad deba hacerme a un lado. Total tengo a Carol que, por lo que yo creo, estaría feliz de llevarme el desayuno hasta mi cama todos los días.

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