sábado, 2 de enero de 2016

La funa XV.

XV.

LA historia del trío de Naum no resultó como se estará pensando, de hecho tampoco fue como él la habría imaginado.

Finalmente logró decírselo a su mujer,  pero, para resumir la historia, el hecho le constó diez sesiones de terapia de pareja (de las que sólo fueron a siete, eso luego de que Naum insinuara a su mujer, o ella creyera haber interpretado ciertas insinuaciones de él hacia la psicóloga) y un viaje a Punta Cana por cuatro días (sugerencia de la misma Andrea, la psicóloga, para reforzar el romance)

La mujer de Naum aceptó,  con unas copas demás, proponer lo del trío a Angela, y esta a su vez, acepto la aventura sugiriendo para ello incluir algo de mariguana en el asunto, que él logró conseguir con una de sus amistades de  juventud que tenían con mayor cercanía  al tema.

No vale la pena transcribir aquí todo lo que pasó por la mente de Naum esa noche bajo el efecto psicodepresor del narcótico. Solo se dirá que fue equivalente a ojear sin detenerse una revista Caras en su edición aniversario. De lo anterior se deduce que tampoco será necesario aclarar que no ocurrió nada de índole sexual, al menos que lo incluyera a él.

También influyó el hecho de que Naum, después de levantarse tambaleante hasta el baño, todo menos seguro de si mismo, y de que no escuchara el piropo que tantas veces se había repetido mentalmente, tampoco entendiera muy bien en que momento habría olvidado conseguir, como se había propuesto las pastillas de viagra de las que estaba tan seguro de tener guardadas como en su fantasía.

En relación a las dos mujeres, puede decirse que intercambiaron algunos  besos y caricias pero que el asunto no pasó a mayores, después de que tres ataques de risa incontenible tomaran el protagonismo de la velada. En todo caso, el momento fue catalogado por ambas como muy agradable.

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