miércoles, 26 de agosto de 2015

Hay un guardia en el lugar donde hago turnos los martes, mayor, de unos 50 años, no muy alto, bien atento. Tiene la voz igual, pero igual a un amigo que también  trabaja ahí, conduciendo la ambulancia. Por lo general no coinciden (al menos a mi no me había tocado) Me ha pasado a veces que llego y escucho su voz y al ir a saludarle, me doy cuenta de que no se trata de mi amigo, sino del guardia, el que tiene la voz parecida. Sin embargo ayer paso algo alucinante.  Había imaginado la escena millones de veces, pero fue  aún mejor de lo que pensé. Coincidieron en el turno los dos y para mi sorpresa se saludaron bien amistosamente. Mientras yo estaba en el baño se encontraron  y hablaron en el pasillo.  Fue lejos lo más freak del mundo en ese momento, como escuchar a mi amigo hablar consigo mismo. Si inventaren una maquina para meterse dentro de la cabeza de alguien y escuchar sus procesos mentales, estoy seguro de que se oiría tal cual.

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