Empezó como un porotito en la espalda. Un día bañandose se encontraron en la parte alta de su escápula. al cabo de unos meses ya tuvo forma y consistencia. Luego de un año el tamaño fue suficiente como para tener que modificar su ropa de manera poder habitar las 2 la misma prenda. Dijeron que era benigno, que no había de que preocuparse, pero luego el peso fue tanto, que la dotó incluso de una contorsionada forma de caminar. Un día la superó en tamaño, perdió el protagonismo de su ser y paso a ser ella la masa extraña en la parte baja de ese bulto enorme. Poco después el bulto se había apoderado de su trabajo, su familia y sus amigos. Una mañana de abril mientras Joaquin, el bulto, se aseaba, notó que el apéndice de su parte baja ya casi no estaba, era benigno dijeron, no había de que preocuparse.
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