viernes, 3 de julio de 2015

CooperS

Hoy mientras manejaba camino al lugar donde almuerzo a diario (casa de mi madre),   me adelantó raudo, un pequeño auto color verde britanico. Como buen ex piloto de carreras, competitivo y de mecha corta, acelere a fondo  para tratar de darle alcance, aunque el esfuerzo fue inútil. Se trataba de un Austin mini CooperS bastante más rápido que mi modesto 206 de serie.  Unas cuantas luces rojas más allá sin embargo,  el CooperS bajo su ritmo lo que me permitió detenerme en un semáforo justo detrás del deportivo. En lo que cambia al verde, pude constatar que se trataba de una atractiva conductora de ojos claros. Es curioso como, aun sin que el espejo visto desde atrás, permita ver más que una angosta franja de la cara, mi cerebro tiende siempre a completar el cuadro de la manera más conveniente, pues imaginé durante todo el resto de la persecución (convengamos que compartíamos el resto de la ruta) un rostro de mujer hermosa enmarcando a esos atractivos ojos. Perseguí por un buen rato al veloz CooperS esperando poder mirar como premio al final de la contienda,  a una linda y avezada conductora. Cuando por fin logré darle alcance en un semáforo,  y alinear su ventana con la mía,  para poder echarle un vistazo a la dueña de tan cautivadores luceros,  triste fue la reacción que me hizo voltear la cara y esquivar de súbito tan esperado encuentro. En conjunto con el resto de su aspecto, la conductora del veloz deportivo tenía un rostro muy distinto al que habia imaginado y que sin duda de cualquier otra forma de contacto posible,  no habria llamado en lo mas mínimo mi atención.  Lo digo por si le pasa, no haga tal de arriesgarse como yo, siguiendo un par de ojos lindos, montados sobre un deportivo verde cerca de manquehue, seguro estarán lejos de ser lo que prometen.

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