jueves, 18 de junio de 2015

Simón

..."Si este perrito hablara"..., pensó cada uno de los que pasaron por esas sábanas. Un día el perrito habló. Le contó todo a Eduardo. Con dificultad y sin mucho detalle. Eso sí, no se olvido de nadie. La mañana siguiente y preso de sus celos, Eduardo apuñaló a su mujer y acto seguido, se entregó a la policía. A él se lo llevaron y lo encerraron para siempre. A Simón lo apartaron de su dueño y pasó el resto de sus días en una perrera municipal. Traumado como es natural, jamás volvió a pronunciar una sola palabra.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario